jueves, 22 de noviembre de 2007

Del comer y del beber

Queridas mascotas:

Hoy quiero exponer un tema de gran importancia: el papeo que nos dan esas gentes que se dicen nuestros amos. En este caso, no tengo mucha queja de la cerda que me cuida. Me alimenta con toda clase de frutas y verduras (sobre todo lechuga y calabacín, que es lo que más me gusta, pero también pera, manzana, patata, tomate, plátano...), me da nueces y avellanas, pan, algo de queso y de vez en cuando alguna bola del pienso de nuestro amigo Lucas. También me da unas vitaminas, ella dice que son para mis huesos y mi pelo; no sé, a mí lo que me importa es que están buenísimas. Además, tengo agua fresca a diario. He de reconocer que en esto se esmera, la tía petarda, aunque bastante presume ella de tenerme bien cuidada, mi Maxecita lleva una dieta muy variada, dice cuando los titos preguntan por mi alimentación.

Lo que ya no me gusta tanto son los cereales para hamsters que me compra últimamente. No termina de entender que mi delicado paladar no se adapta a esas comidas de mala calidad que me atiza de un tiempo a esta parte. ¿Y cómo se lo demuestro yo? Atención todos, que esto convalida como un curso de la World Pets University: ¡¡cagándome en el comedero!! A ver si lo entiende de una vez: no es que yo sea poco higiénica, ¡es que ella en una TACAÑA de tomo y lomo! ¡Cómprame pienso en condiciones, que es lo que tienes que hacer!

viernes, 9 de noviembre de 2007

¡Esto es el acabóse!

¿¿Os podéis creer que esta cacho cerda que cree que es mi dueña ME HA LLEVADO A SU OFICINA?? Me despierta a las 10:30 de la mañana, pone mi jaula en una bolsa (para que no llenes el coche de mierda, Maxecita, dice), me saca a la calle con este frío y este viento, me mete en el coche de una tal tita Jaje (otra loca, seguro; creo que esta tiene mortificados varios periquitos y una tortuga), en compañía de los titos Goyo (quién será este) y Carmen (la dueña de nuestro amigo Arco), y tiene la osadía de colocarme en un rincón de su despacho, donde está también el tito Marce, que ha tenido la osadía de llamarme rata de mierda, pedazo de cabr... si te dijera yo lo que pienso!!!

Y otros muchos titos del demonio incordiándome, no me dejan dormir, gritan, hablan por teléfono, ¡¡ESTO ES UN INFIERNO, QUE ALGUIEN ME SAQUE DE AQUÍ!

¿Qué puñetas estáis mirando?


miércoles, 10 de octubre de 2007

La obsesión por la limpieza

Queridos todos:

¿Alguna vez os habéis planteado el porqué de esta afición desmesurada de nuestros dueños por lavarnos, peinarnos, encoloniarnos y decirnos que olemos mal? No me cabe duda de que habréis sufrido ya este tipo de tormentos.

Nuestro amigo Corcho, el único podenco ibicenco que sabe hablar polaco, quiere compartir una historia con todas las mascotas bloggers. Parece ser que los descastados de sus amos, que también trabajan en el mismo sitio que los nuestros, se han marchado de vacaciones y, ante la imposibilidad de meter a Corcho en el avión (para gran alegría suya, desde luego) decidieron dejarlo una temporada con su madre y sus hermanitos. Liberado del yugo, según me cuenta, de la pareja que lo cuida, aprovechó para revolcarse a todo lo que daba y jugar con sus hermanitos.

A su regreso, lo encontraron, claro, sucio (según su criterio), y ¿qué pasó entonces? ¡¡Que lo metieron en la bañera!! Aquí tenéis una prueba del delito: Corcho envuelto en una toalla y la insensata de su dueña secándolo, sin comprender a qué venía la historia, puesto que a él le gustaba mucho el olor que había traído de las vacaciones. “¡Mucho peor huelen ellos y yo no me quejo!”, se lamenta el podenco.

martes, 9 de octubre de 2007

Arenga animal

Queridos todos:

¿Qué ha sido de la enfervorecida ansia revolucionaria que transmitíais en vuestros anteriores comentarios? ¿De la participación masiva en este nuestro blog que tantas satisfacciones nos estaba dando? ¿De la buena acogida que ha recibido la creación de la World Pets University?

El asociacionismo mascotil está decayendo, y eso no nos beneficia en ningún caso. ¿Acaso vuestros dueños os han humanizado tanto hasta el punto de que ya no tenéis ninguna aportación, historia o chascarrillo para compartir con vuestros amigos?

¿Seguimos siendo animales? ¡PUES QUE SE NOTE!

miércoles, 26 de septiembre de 2007

World Pets University, limpieza de jaulas y otras hierbas

Queridos todos:

Me congratulo hoy de poder anunciaros el nacimiento de la World Pets University, un templo on line del saber mascotil auspiciado por nuestro amigo Lucas y puesto en marcha gracias al gato Paco (de cuya erudición y perspicacia no queda duda en esta foto-retrato que le ha hecho su "calvo renegado", como dice él), que hará las funciones de rector de esta nuestra institución. Os animo a visitar el blog de la WPU y a hacer vuestras contribuciones. Está en nuestras manos (o patas, o garras) mejorar el status de las mascotas.

A través de la WPU podremos aprender técnicas para desconcertar a nuestros amos y para protestar por el trato que nos dan en ocasiones. Yo, por ejemplo, estoy ensayando la técnica de mirar fijamente a mi dueña con mi peor cara de cabreo en ocasiones en las que lo está pidiendo a gritos. Véase, cuando decide limpiar la jaula (qué sucia tienes tu casa, Maxecita, so cerda, ja, cerda lo serás tú) a las 11 de la mañana, momento en el que cualquier roedor que se precie está profundamente dormido.

O, como el mismo Paco relata en el blog, cómo asaltar el botiquín del amo, destrozar jarabes y pastillines, que bastante se endrogan ya con hierbecitas y otras sustancias, ¿no os parece?

domingo, 16 de septiembre de 2007

¡A las barricadas!

Queridos lectores:

¡Basta ya de humillación animal! NO SOMOS PERSONAS, ¿por qué nuestros dueños de empeñan en que nos comportemos como tales? Nuestro amigo Lucas ha acudido a mí para contarme una historia espeluznante que no puedo dejar de compartir con vosotros.

Aquí mismo tenéis una foto que demuestra la perversidad de sus amos. Porque ¿qué hace un collie barbudo con una coronita? Por supuesto, nuestro amigo manifestaba su disconformidad poniendo una cara de enzoquetado que no es habitual en él, perro paciente y bienintencionado. Pero nada, sus dueños erre que erre, que si te peinamos, que si te ponemos horquillas, que si te bañamos porque hueles mal... ¿Oler mal? ¿¿¿Pero ellos se huelen a sí mismos??? ¿Protesto yo acaso por las colonias que se atiza la puerca de mi dueña, que están a punto de acabar con mi pituitaria? Y venga a limpiar jaulas, comederos, bebederos, a decir que somos cerdos, y cortar uñas a los gatos, y cambiar agua a las tortugas, y cepillar pelo de perros... ¡y hasmters, que la tía petarda ha comprado un cepillito para mí!

viernes, 7 de septiembre de 2007

De cómo mi dueña supo que soy hembra

Como bien sabéis y sufrís, queridos lectores, los humanos no se caracterizan por su perspicacia. Digo esto porque, cuando llegué a su casa, la tía petarda de mi dueña creía que yo era un chico, por eso me llamó Maximino, ya sabéis, porque todos los hamsters se llaman Max (las memeces que tengo que oír...). Claro que en la tienda donde nací le dijeron que era macho. Pero es evidente que soy chica, ¿a que sí?

Me instaló en mi jaula, me compró de todo y me llevó a vivir con las “titas” Vane y Marta. Y pasaban los días y ellas decían: se está poniendo muy gordo Max, ¿no? y la tía cerda contestaba: sí, y está muy inquieta, ¿no estará preñada? Pero claro, como yo era un macho, no era posible. (Y no voy a hablar de lo gordas que se estaban poniendo ellas tres, que sabéis que a mí criticar no me gusta.)

Total, que un día, que estaba mi dueña con la tipa que cuida a Paco y Cuqui, tuve a mis cinco hamstercillos, jeje, para gran alarma de mi dueña y de la otra tonta del haba, que oyeron a uno de mis niños llamarme: ¿qué es ese chillido? ¿y qué es esa cosa rosa que hay en la jaula de Max? ¡Dios mío, ha parido el hamster! Jajaja, pues claro, me quedé preñada el día antes de llegar a su casa, había que aprovechar, ¿no? Vete a saber si lo vuelvo a catar...

La verdad es que me cuidó muy bien, no me dio nada la lata las dos primera semanas, y pude ocuparme yo sola de mis niños, que daban bastante guerra. A partir de los quince días se fastidió el invento, ya venía a verme todos los días, y aquello se convirtió en un desfile de “titos” que querían conocer a mis cachorritos (maxecitos los llamaba ella) que, no es porque los pariera yo, pero eran muy guapos. Y no es que resulte muy fácil educar a cinco roedores hiperactivos con un montón de lerdos observándote: qué guapos son los ratonines, a mí me gusta más este, a mí el otro... brrrrrrr, qué panda de impertinentes. En esta foto tenían catorce días. Ahora ya se han independizado, ¡nosotros no somos como los humanos, que viven en casa de sus progenitores hasta los cuarenta!

martes, 4 de septiembre de 2007

Ratonadas

Los hamsters no somos unos roedores cualquiera. Tenemos carácter, personalidad, y nos diferenciamos mucho unos de otros. Yo, por ejemplo, soy bastante tranquila y pacífica, qué buena es mi Maxecita, dice la petarda, aunque desde que me escapé y pasé una semana en libertad en su cocina ya no lo dice tanto, ¡jajaja! Pero bueno, esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Lo que os quería contar hoy es la ratonada que ha preparado Aristotelia, alias Aris. En esta foto la podéis ver con un hermanito cuando tenía tres semanas, dándole a la rueda y con los carrillos bien llenos de comida. Ella misma reconoce que, desde chiquitina, es un hamster bastante inquieto, con cierta tendencia a comerse cualquier cosa de plástico que encuentra a su alcance (incluidos, por supuesto, todos los elementos de su jaula). Yo la conozco muy bien, que para algo la he parido y, recientemente, hemos vuelto a convivir en mi casa, cuídame el hamster que me voy unos días en Italia, le decía su dueña a la mía con marcado acento siciliano. Vaya par de mafiosas, haciendo contrabando de roedores.

El caso es que Aris, harta ya de la confusión mental que le produce la mezcla de idiomas entre el español y el italiano, ha abierto un agujero en la bandeja de su jaula a fuerza de comer plástico y, según me ha dicho, piensa seguir insistiendo hasta tener un espacio suficiente como para colarse a través de él, escaparse y comerse todos los cables que estén a su alcance, excepto el de la aspiradora, del que ya dio buena cuenta hace tiempo. Pretende así vengarse de todas las faenas que le hace su dueña, como descolocar su nidito, limpiar la jaula con jabón apestoso y obstinarse en cogerla y hacerle caricias.

Di que sí, Aris, vendetta, vendetta...

jueves, 30 de agosto de 2007

Sufridora en casa

He de reconocer que, aunque de un modo muy peculiar, mi dueña se preocupa mucho por mí. Tengo una jaula bastante grande; ella dice que proporcionalmente es más grande que su propia casa, la Max tiene un triplex, se jacta la muy pretenciosa cuando vienen visitas (los famosos “titos”: ven a saludar a tito fulano o a tita mengana, ni que yo fuera tonta). Pero la verdad es que su ratonera tampoco debe de ser pequeña, al menos las habitaciones que yo he visto. Porque es que la tía me cambia la jaula de sitio cada dos por tres, para que cambie de aires mi ratonín, me dice, aggghh, qué cursi. Ya os podéis imaginar que estas mudanzas suceden sin previo aviso y en momentos en los que estoy dormida como un cesto, y de repente noto que me levantan por los aires, me sacuden y me largan algo del tipo: Qué, Maxecita, ¿vamos a la cocina? Yo diría que no, pero ¿serviría de algo? Ya me he acostumbrado, pero las primeras veces me llevaba unos sustos tremendos.


Hace poco hemos cambiado de casa. Antes vivíamos en un piso con otras dos chifladas, las “titas” Marta y Vane, que también me daban bastante por saco: que si la Max está engordando, que si está todo el día durmiendo, que si dejé la puerta abierta y se escapó... ¿Acaso les digo yo a ellas algo sobre cuánto comen o duermen? Y, claro, ¿qué pretenden que haga si me dejan abierta un resquicio a la libertad? Pero bueno, esta historia os la contaré en otra ocasión.

La mudanza a la nueva casa tampoco ha sido un camino de rosas, sobre todo porque esta tía es caprichosa y se ha empeñado en hacer obras: venga ruidos, gentes raras (“titos”) y mucha porquería. Y yo, de un lado para otro: que si la cocina, que si el salón, que si la habitación pequeña (la habitación del hamster, la llama, pues si es mi habitación déjame allí tranquila, ¿no?), no aselo, ¡no aselo!

En fin, os espero en el próximo post. Voy a ver si termino de abrir una avellana que me ha dado esta petarda.

martes, 28 de agosto de 2007

Todos los hamsters se llaman Max

Esta es la excusa que utilizó mi dueña para bautizarme, Maximina, dijo la muy sinvergüenza, y así la llamaremos Max, porque, como es bien sabido, todos los hamsters se llaman Max. Total, a mí me da lo mismo, no la hago ni caso cuando me llama, Maxecita, MAXECITA, asco de bicho, todo el día durmiendo, se queja la impertinente cuando llega del trabajo. Y yo, claro, durmiendo, ¿qué va a hacer si no un roedor que se precie a las tres de la tarde? La ignoro todo lo que puedo, pero hay días que no me queda más remedio que levantarme y hacer alguna hamsterada para que deje de darme la trisca. Ven a saludar a mami, me dice, ¡lo que tengo que aguantar!, vaya pedrada que lleva. Eso sí, tengo que reconocer que me tiene bien cuidada, mi casa es muy grande y el papeo variado y abundante.

Lo peor de mi nombre es que al principio, cuando llegué a su casa, me llamaba MAXIMINO, la tía perra, creyendo que era un chico, vaya guasa cuando descubrió que era una niña... pero esta historia os la contaré otro día. Ahora os dejo, que tengo que acaldar mi nido para esta noche...