¿Alguna vez os habéis planteado el porqué de esta afición desmesurada de nuestros dueños por lavarnos, peinarnos, encoloniarnos y decirnos que olemos mal? No me cabe duda de que habréis sufrido ya este tipo de tormentos.
Nuestro amigo Corcho, el único podenco ibicenco que sabe hablar polaco, quiere compartir una historia con todas las mascotas bloggers. Parece ser que los descastados de sus amos, que también trabajan en el mismo sitio que los nuestros, se han marchado de vacaciones y, ante la imposibilidad de meter a Corcho en el avión (para gran alegría suya, desde luego) decidieron dejarlo una temporada con su madre y sus hermanitos. Liberado del yugo, según me cuenta, de la pareja que lo cuida, aprovechó para revolcarse a todo lo que daba y jugar con sus hermanitos.
A su regreso, lo encontraron, claro, sucio (según su criterio), y ¿qué pasó entonces? ¡¡Que lo

1 comentario:
¡Miau! (hola),
Comprendo la desazón de nuestro amigo Corcho. Pero, dentro de la universalidad de nuestra acción de protesta y en aras a calmar, al menos en lo moral, su comprensible enfado, diréle (lerelerele) que hemos vengado su afrenta en las carnes y los instrumentos de limpieza de nuestro calvo preferido. ¡Amigos, otro triunfo de la Internacional de Mascotas! Lo ha flipado el humano a nuestro cargo a su llegada... Con lo que tarda en reaccionar el tipo, tardará en dejar "su" salón en un estad parecido al inicial (antes de su prolongada ausencia). El concepto de "caos" ha sido redefinido en la Cooperativa San Pedro: mezcla de pelos, cacas, cartones, algodón, fragmentos de libros, un mechero del "todo a cien", papeles varios, cuadros, colillas, etc, etc. Un paraíso. Ya os contaré cómo sale de esta el tipo, si sale...
Co-príncipe Paco para serviros
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