jueves, 14 de febrero de 2008

¡Vuelvo a la carga!

Queridas mascotas (si es que todavía hay alguien al otro lado):

Tras un descanso impuesto por mis ritmos biológicos, que me obligan a semi-hibernar en los meses de invierno, regreso con más fuerza que nunca a la blogosfera, para protestar por el estado de abandono en que me tiene mi dueña. Sí, ya sé que antes me quejaba de que me agobiaba en exceso, ¡pero es que ahora no la veo el pelo! Y, oye, una se había acostumbrado ya a sus Maxecita, Maxecita, ¿qué hace mi ratonín? y parece que la estoy echando en falta.

En nombre de todas las mascotas que alguna vez se han sentido abandonadas por el exceso de trabajo de sus dueños, proclamo: ¡mascotas del mundo, uníos a favor de la jornada laboral de 35 horas! Pero de verdad, no de esas piratonas que luego se convierten en muchas más (San Hamster, si ya parezco Julio Anguita).

Cambiando totalmente de tema, os diré que hace exactamente un año que fui mamá, jeje, mis maxecitos ya tienen un año y se han convertido en roedores de provecho. Hay que ver cómo pasa el tiempo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Santa Max, bendita tú entre todos los rodeores, cuanta razón te asiste como siempre...

Jornada reducida ya, pero a 24 horas a la semana de atención al bípedo que nos alimenta, y el resto de zanganeo, que es lo nuestro... Cuqui y y
o estamos descubriendo el mundo rural, y perdonad, aquí los ritmos biológicos son otros...

Paco