martes, 22 de julio de 2008

Mala conciencia hamsteril

Queridas mascotas:

Ayer hice sufrir a mi dueña en exceso. Vale que sea más pesada que matar a un chon a besos, pero creo que me he pasado, un poco, aunque tampoco tuve yo toda la culpa... Veréis lo que pasó.

Desde que esta cerda me ha quitado el tejado de mi caseta, Para que no te salgan hongos con la humedad, Maxecita, pues en lugar de salir por la puerta (o la ventana, en su defecto) pues salgo por el tejado. Sí, ¿qué pasa?, por el tejado. El caso es que ayer me rocé con un borde en el rabito y se me hizo una herida, con bastante sangre, por cierto. Total, que estaba yo curándome, porque los animales como sabéis no somos tan inútiles como los humanos y sabemos apañarnos solos, cuando llegó esta con un tal tito César (que merece un post aparte, este sí que da guerra, el jodío), ve la sangre y se pone como una histérica, que se me muere mi ratonín, hay que llevarla al veterinario, mañana nos vamos a Torrelavega, y toda clase de lindezas por el estilo.

Menos mal que finalmente se impuso la cordura y, al cabo de un rato, vio que mi herida estaba curada y que sólo había sido un pequeño rozón. Pues en lugar de alegrarse la tía venga a insultarme, que si no tengo conciencia, que si llamarme cerda un día entero es poco, que si este ratonuzo la está matando a disgustos... Total, que casi, casi me sentí culpable, pero sólo un poquito, al fin y al cabo, yo no tengo la culpa de que esta tía esté neurótica, ¿no os parece?

Con cariño, Max.

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