martes, 26 de agosto de 2008

Hasta la vista, mascotas

¿Qué os pensábais, que iba a estar siempre aquí? Me voy con la pava Mariana y el resto de mascotas que, sin duda, han pasado a mejor vida. Ha sido muy divertido compartir nuestra experiencias, fundar la World Pets University y demás, pero ya está bien, ¿no os parece?

Así que hasta la vista. Un abrazo ratonil para todas las mascotas y a los humanos ¡que os vayan dando!

viernes, 15 de agosto de 2008

Medicina para hamsters

Queridas mascotas:

Los roedores, como todos los seres vivos, nos vamos haciendo mayores y tenemos algún achaque. Yo casi tengo dos años, soy una abuelita venerable y, aunque me encuentro bien y con muchas ganas de seguir dando caña a nuestros dueños, ya me fallan algunas cosas.

La loca que me cuida me ha llevado esta mañana a un sitio que se llama veterinario, porque dice que tengo un poco de incontinencia urinaria. Ella también la tendría, si hubiera tenido una vida larga y además hubiera parido cinco ratonines. Dice que está preocupada por si tengo dolores, qué dolores ni qué gaitas, pelmazo de tía, dolor el que me produce tener que verte a diario! La cosa es que me han llevado a ese sitio, veterinario, y una médica de animales me ha gaseado con algo que me ha dejado medio dormida para hacerme rayos X y ver si tengo algún problema. Me parece el colmo tener que drogarme, y eso de la radiografía tampoco me gusta nada. ¿Acaso tengo yo que saber cómo son ellas por dentro? Ni lo sé, ni me importa. Lo que más me ha ofendido es que la matasanos esa del demonio ha dicho que estoy obesa, pedazo de hamster, decía. No es verdad, ¡no soy gorda!, soy fuerte y con curvas, ¿qué pasa?

Han concluido que no tengo nada, ya lo sé yo, bastaría con que me hubieran preguntado, pero, no contentas y por si acaso, Maxecita, pretenden que trague una vez al día una gota de un antibiótico que sabe a rayos. Yo, claro, me revuelvo, y si puedo muerdo la mano que me obliga a tomar ese bebercio repugnante. Creen que me van a engañar inyectando el líquido apestoso en una uva pasa, ¿será posible? Por supuesto que me doy cuenta, ¡tengo un olfato muy fino! También aprovecha cuando estoy bebiendo agua para lanzármelo dentro de la boca, la cabrona tiene puntería. Lo único bueno es esperar a ver qué subterfugio inventa cada día para engañarme, aunque finalmente siempre termina dándomelo por la fuerza. Qué atropello, señor, ¡qué atropello!